Trabajo de Investigación: El Condicionamiento Clásico

EL CONDICIONAMIENTO CLÁSICO DESDE MI PERÍODO DE FORMACIÓN


Objetivo
  • Conocer como el condicionamiento clásico ha estado presente en la vida del estudiante desde su niñez.

Condicionamiento Clásico

Iván Petrovich Pavlov


  • Nace: 14 de setiembre de 1849, en Ryazan, Rusia.
  • Inicia sus estudios  en una escuela religiosa y continúa en el seminario, sin ordenarse como sacerdote.
  • En 1870 entra en la Universidad de San Petesburgo estudia química y fisiología, graduándose en ciencias naturales en 1985.
  • Primer trabajo de estudio: acerca de los nervios pancreáticos; obtuvo medalla de oro.
  • Maestría en la Academia Imperial de la Universidad de San Petesburgo (1879-1883).
  • Doctorado: 1884-1886 en Alemania supervisado por el fisiólogo cardiovascular Carl Ludwig y el fisiólogo gastrointestinal Rudolf Heidenhaim.
  • Director de farmacología de la Academia Militar de San Petesburgo.
  • En 1891 organizo el instituto de medicina Experimental de San Petesburgo, donde investiga pro 40 años.
  • En 1904 recibe le Premio nobel por sus estudios acerca del aparato digestivo y el estudio de los jugos gástricos.
  • Muere: 27 de febrero de 1936.


¿Qué es el Condicionamiento Clásico?

El condicionamiento clásico es un tipo de aprendizaje asociativo, en el cual, lo que se aprende es una relación entre eventos o estímulos. Otros consideran  condicionamiento clásico es lo que planteaba Pavlov: una substitución de estímulos.
Schultz y Schultz (2002); mencionan que Pavlov descubre al trabajar con perros;  que  podían salivar ante estímulos neutros como el sonido de los pasos de su cuidador. Previamente, la respuesta de salivación sólo era provocada por un estímulo, la visión de la comida. Intrigado por esta observación, Pavlov estudió el fenómeno de manera sistemática. Hizo sonar una campana poco antes de alimentar al perro.
Al principio el perro salivaba sólo en respuesta a la comida y no a la campana porque ésta no tenía significado. Sin embrago, después de una serie de pareamientos en que la campana era seguida del alimento, el perro empezó a salivar con el repique.
Por ende, el perro había sido condicionado, o entrenado, a responder a la campana. La respuesta del perro cambió de la comida a lo que antes había sido un estímulo neutral. (p.376)
Para Schultz y Schultz (2002); este experimento clásico demostró la importancia del reforzamiento. Los perros no aprendían a responder a la campana a menos que fueran recompensados por hacerlo. En este ejemplo la recompensa era comida.
Pavlov formuló así una ley fundamental del aprendizaje: una respuesta condicionada no  puede establecerse sin reforzamiento. El acto de reforzar una respuesta la fortalece e incrementa la probabilidad de que se repita.
Sin embargo, una respuesta condicionada no puede mantenerse sin reforzamiento. Considere un perro condicionado a responder sin sonido de una campana. Cada vez que la campana suena el pero saliva.
El experimentador deja entonces de presentar la comida después del sonido de la campana. El perro la escucha y nada sucede, no hay más comida, no hay más reforzamiento o recompensa. Con los sonidos sucesivos de la campana, la respuesta de salivación del perro disminuye en frecuencia e intensidad hasta que deja de ocurrir.
Este proceso se le llama extinción. La respuesta ha sido eliminada o extinguida porque dejaron de proporcionarse los reforzadores o recompensa. (p.376).
Según  Feist y Feist (2007); ejemplos más simples de respuesta condicionada son los actos reflejos. La proyección de luz sobre el ojo provoca la contracción de la pupila, poner comida sobre la lengua provoca salivación y poner pimienta en los orificios nasales provoca el reflejo del estornudo.
Con los actos reflejos, las respuestas no son aprendidas, involuntarias y comunes no sólo en una misma especie, sino también en especies diferentes.
El condicionamiento clásico, sin embrago, no se limita a los actos reflejos. También pueden explicar procesos de aprendizaje humano complejos como las fobias, los miedos y las ansiedades. (p. 437).

Elementos o conceptos centrales en el Condicionamiento Clásico


  • Estímulo Incondicionado (EI). Es un estímulo que "naturalmente" provoca una respuesta. Es decir, el organismo no requiere aprender nada para que esa respuesta incondicionada se presente. Este estímulo es "incondicional" al aprendizaje, es decir, no depende del aprendizaje; no está condicionado a él.
  • Respuesta Incondicionada (RI). Es la respuesta "naturalmente" provocada por el estímulo. Esta respuesta es "incondicional" al aprendizaje, es decir, no está condicionada al aprendizaje; no depende de él para producirse. En general, los reflejos y respuestas fisiológicas (relacionadas con las emociones).
  • Estímulo Condicionado (EC). Es un estímulo que, por aprendizaje, genera una respuesta condicionada (RC). En este caso, el estímulo es "condicional" al aprendizaje; depende de él para convertirse, precisamente, en EC. 
  • Antes de ser un EC, es un Estímulo neutro (EN), que no provoca ninguna respuesta (en relación a la que se está utilizando como referencia: la (RI).
  • Respuesta Condicionada (RC). en general, es una respuesta parecida a la RI, pero para que se produzca la RC, frente al EC, se requiere que haya habido un aprendizaje. Es decir, esta RC es "condicional" al aprendizaje; depende de él para llegar a aparecer.



Aplicaciones del Condicionamiento Clásico


  • Aversiones a la degustación.
  • Emociones.
  • Enfermedades psicosomáticas.
  • Pacientes en estado vegetativo.
  • En educación:
  1. Aprendizaje (según Pavlov): la tendencia a responder en formas antiguas a estímulos nuevos.
  2. Aprendizaje (según estudios del condicionamiento clásico): respuesta que prepara al organismo para la aparición de él.
  3. Enseñanza: repetición organizada de estímulos (mecanización).
  4. Terapias conductuales (vrs aversión).



Creación de ambientes de aprendizaje


Motivación en el aprendizaje y la enseñanza.

Nérici, (1973); señala que motivar es lograr “predisponer al alumno  a que se empeñe en aprender, sea por ensayo y error, por imitación o por reflexión” (p. 193).
La motivación se basa en el esfuerzo de suministrar a los alumnos una situación a un esfuerzo intencional, a una actividad orientada hacia determinados resultados esperados y comprendidos. Es predisponer a los alumnos a que aprendan, y que por consecuencia, se esfuercen para obtener los objetivos establecidos.
El propósito de la motivación se basa en lograr el interés, estimular el deseo de aprender y dirigir los esfuerzos para obtener los fines establecidos.
La motivación se convierte un factor decisivo en proceso enseñanza-aprendizaje y no podrá darse la dirección del aprendizaje, por parte del docente, si el alumno no se encuentra realmente motivado.
No hay aprendizaje sin esfuerzo. Ningún método dispensa al alumno de esfuerzos; por ello es que surge la necesidad de motivar las actividades del estudiante con la finalidad de que haya un esfuerzo voluntario por parte de quién aprende.
Un estudiante se encuentra motivado cuando siente la necesidad de aprender lo que se está viendo; lo cual lo lleva a ser aplicado, esforzado, y perseverante hasta sentirse satisfecho.
Es por ello que los educadores deben preocuparse constantemente por motivar en sus clases a cada uno de sus alumnos. La motivación es la que a las clases da vida, espontaneidad y razón de ser. La falta de disciplina en muchas clases se debe a la falta, o poca motivación por parte de los profesores hacia sus discípulos.
Sí los estímulos se articulan con los intereses de los alumnos, se logra que haya una necesidad por parte de estos. La motivación debe mantener la relación con los intereses de los educandos, los cuales no son estáticos, son dinámicos y varían de acuerdo al progreso de la biopsíquica, condiciones socioculturales, salud y rasgos de la personalidad. 
La necesidad se convierte en un estado de tensión debido a que el equilibrio orgánico del cuerpo se rompe y se revela en el campo psicológico por medio del interés. Es por ello que la incentivación es el hecho de intentar un refuerzo de la motivación. El incentivo es exterior. La persona actúa movidas por necesidades, al sentir necesidad, lo que se convierte en interés por algo u obtener algún objetivo; el incentivo es la posibilidad vislumbrada de satisfacción de la necesidad y del interés.

Creación de un ambiente de aprendizaje positivo.

Realizar una tarea pedagógica con calidad, requiere de esfuerzos múltiples de todos los agentes involucrados en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Maestros y maestras, hacen la diferencia por su creatividad, perseverancia y entusiasmo. Son ellos los responsables de promover cambios positivos en la comunidad educativa al impulsar el mejoramiento cualitativo de la educación, junto con los educandos, padres y madres de familia y aquellos que puedan aportar acciones trascendentes, generadoras de un mejor presente y un brillante futuro para niños, niñas, adolescentes y jóvenes (Rodríguez, Azúcar; 1997; p. 7)
Para Ainscow, M. (2001); es ideal que las necesidades de cada alumno se puedan solventar dentro de aulas grandes. Un área adecuada, un buen espacio es vital para lograr un ambiente agradable.
La organización de las escuelas y la práctica dentro de ellas son factores externos al alumno que influyen grandemente en este propósito. Analizar los contextos en que el estudiante se desenvuelve ayudará a reforzar este ambiente agradable para ellos.

Cómo mantener un buen ambiente educativo.


Según Ainscow, M. (2001); la evaluación del aula es un procedimiento continuo, perteneciente a la vida normal de la clase y, además, que para lograr la eficacia requiere de la colaboración y la negociación.


Es más factible el éxito en clase si los objetivos, tareas y actividades, en ella; tengan en cuenta a los alumnos y si todos los participantes los comprenden. 

El rol del psicólogo educativo.

Para Sanz, Fernández, Campos, Pereto, González, (1991); el psicólogo educativo tiene como objeto la intervención en el comportamiento humano en situaciones educativas; donde el objetivo principal es el desarrollo de las capacidades educativas en las personas, grupos, instituciones y comunidades sociales; donde se entiende educación en cuanto a formación y desarrollo personal, colectivo y social. Estos profesionales trabajan en los distintos sectores y etapas de la educación.
Los psicólogos educativos utilizan técnicas y procedimientos acordes a la intervención psicoeducativa. Además, comparan sistemas y modelos con los otros sectores de la psicología como, por ejemplo, análisis organizacional con psicología de las organizaciones, algunas técnicas de evaluación, modelos y programas concretos de psicología de la salud, etc.
Dichos profesionales efectúan las funciones indicadas anteriormente de forma individual o dentro de un grupo interdisciplinario.
El psicólogo educativo pueden actuar de forma directa, sí la persona, grupo, institución o comunidad así lo requiere; o de manera indirecta, en que la intervención se realiza por medio de agentes educativos (educadores, familias, organización, comunidad...), por medio de procedimientos de formación, asesoramiento, etc.; y más frecuente, como una combinación de ambos tipos.
Según Moreno (1989); señala: 
En esta perspectiva las funciones del psicólogo educativo se canalizan a través de cuatro direcciones básicamente. En primer lugar, a la institución educativa -técnicas organizacionales, departamento de orientación, disciplina, entorno ambiental y desarrollo (...) En segundo lugar, a los profesores -técnicas preventivas, delimitación de proceso de aprendizaje, conocimientos en Psicología del desarrollo... En tercer lugar a los padres -relaciones padres-centro, comprensión y conocimiento de sus hijos, adquisición de habilidades, formación como coterapeutas (...) Por último, al alumno -promover la salud mental, servicios de consistorio, dirección y evaluación de paquetes de intervención, facilitar las relaciones sociales y el funcionamiento de los grupos... (s. p.).
Sanz, Fernández, Campos, Pereto, González, (1991); indican que, independientemente del tipo de intervención en cualquiera de los sectores y etapas anteriormente mencionados, o en los que pudieran desenvolverse, el psicólogo educativo interviene de una manera que al menos cubre las siguientes fases:
  • Análisis de la demanda/necesidades.
  • Valoración de la situación.
  • Intervención.
  • Evaluación del proceso.
La interacción entre los tipos de intervención, los sectores en que se establece y el procedimiento; originan numerosos modelos de intervención que han ido progresando debido a numerosos factores (la demanda social, el desarrollo de la educación, el avance científico de la psicología, la progresiva presencia institucional de los psicólogos en el campo educativo, etc.).
No es posible definir un único modelo de intervención que pueda abarcar todas las situaciones existentes y otras que las ampliarán, pero si se puede numerar unas características mínimas que cualquier modelo debe cubrir:
  • Que en se intervenga, en la medida de lo posible, todos los ámbitos de actuación (sujeto, grupo, institución, etc.).
  • Que priorice las actuaciones de tipo preventivo.
  • Que permita la coordinación entre servicios pertinentes.
  • Que se mueva en una perspectiva socio-comunitaria
  • Que incremente la normalización.
  • Que apruebe su evaluación y confirmación.
  • Que se muestre el más eficiente.

Conclusiones

  • Existen varias teorías psicológicas del aprendizaje, pero el condicionamiento clásico es una de las más conocidas y utilizadas dentro y fuera del ambiente escolar.
  • El condicionamiento clásico, en combinación con el condicionamiento operante, sirven, especialmente para modificar conductas.
  • Esta modificación de conductas ha servido para que el sistema educativo, lo haya visto como un aliado gran aliado en proceso de enseñanza-aprendizaje.
  • El condicionamiento clásico se ha utilizado en muchos ámbitos: enseñanza, educación familiar, publicidad, comunicaciones, etc.
  • En  nuestro sistema educativo ha estado presente por mucho tiempo, inclusive en la actualidad, a pesar de utilizarse otras teorías del aprendizaje.
  • Sin una real motivación en el alumnado el condicionamiento clásico, o alguna otra teoría psicológica del aprendizaje; no brindará los resultados que se esperan de él.
  • Tiene que darse todo el ciclo de interés, necesidad e incentivo; para que la motivación pueda dar buenos frutos en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
  • El ambiente de aprendizaje positivo demuestra que los factores externos a los alumnos ayuda a mantener la motivación y el deseo de aprender de ellos.
  • El ambiente de aprendizaje positivo es dinámico, en él participan todos los miembros de la comunidad educativa: estudiantes, padres y madres de familia y todos los miembros de la comunidad educativa.
  • Un buen ambiente educativo se da sí los objetivos, tareas y actividades, en ella; tengan en cuenta a los alumnos y si todos los participantes los comprenden.

Bibliografía
Ainscow, M. (2001). Desarrollo de escuelas inclusivas. Ideas, propuestas y experiencias para mejorar las instituciones escolares. Madrid, España: Narcea, S.A. De Ediciones.
Alarcón, S. (2007) Conducta y aprendizaje. Condicionamiento clásico, condicionamiento operante. Recuperado de: http://psicologiadelaprendizaje.blogspot.com/ 2007/10/qu-es-el-condicionamiento-clsico.html
Feist, J; Feist, G. (2007) Teorías de la personalidad. Sexta Edición. España: McGraw Hill/Interamericana de España, S.A.U.
Hothersall, D. (2005) Historia de la psicología. Cuarta edición. México, D.F., México: Mc Graw-Hill/Interamericana Editores, S. A. de C. V.
Medina, L.; Reynoso A. (2011). Condicionamiento clásico o pavloviano. Recuperado de: http://www.slideshare.net/gualis91/ condicionamiento-clsico-o-pavloviano
Moreno, M. (1989). Psicología de la intervención educativa y sistema de enseñanza. Encuentros en Psicología, 14, 3-8. Andalucía Occidental.
Nérici, I. (1973). Hacia una didáctica general dinámica. Buenos Aires, Argentina: Editorial Kapelusz, S.A.
Rodríguez, R.; Azúcar, A. (1997) Orientaciones Metodológicas para le proceso de enseñanza-aprendizaje. Ministerio de Educación. Gobierno de El Salvador. San Salvador. El Salvador.
Sanz, L.; Fernández, A.;  Campos, F.;  Pereto, M. y González, P. (1991) El rol del psicólogo educativo. Papeles del psicólogo educativo; 51. Recuperado de: http://www.papelesdelpsicologo.es/vernumero.asp?id=514
Schultz, D; Schultz, S. (2002). Teorías de la Personalidad. Séptima Edición. México D.F.- México: Thompson Editores, S.A de C.V.

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